viernes, 21 de mayo de 2010

Crear vida, recrear la muerte

Voces de nuestra Madre Iglesia se escandalizan y yo, ¿qué os diré? No con ellas, si no de ellas me escandalizaré.
Andan ciertamente muy agitadas, aunque el Vaticano ha pedido “cautela”: ¡La inteligencia y la vida son cosa de Dios!

Un servidor no es de muchas letras, sino lo que dícese un abnegado trabajador del físico quehacer.
Ingeniero en Informática de Sistemas, experto y profesor de sistemas de regulación  y automatismos. Ello no debe tomarse como un alarde pretencioso; los títulos académicos son así de “parafernálicos”. Pero algo de autoridad en esto de lo artificial pudieran darme.

Pues la inteligencia así como la vida, puede ser calificada de natural o artificial. Pero la Sabiduría, amigo, y más el Verdadero Amor, ¿podrá ser calificado nunca de fabricado, imitado, ilusorio, artificioso o simulado?

Podrá el hombre crear vida… que finalmente morirá; y hasta recrearse en ello. Pero jamás podrá transcender ni esa vida ni esa muerte. Resucitar solo es posible para el que crea la Vida, no a partir de una materia inerte, sino de un  Amor bien consistente.

Nadie duda (demasiado) de Lázaro vuelto a la vida; explicaciones, hay las. Pero para Jesús Resucitado… ¡un millón de razones no bastan!

No temamos en reconocer al césar sus triunfos sobre la vida. Porque solo de Cristo Nuestro Señor es el triunfo sobre la muerte.

1 comentario:

  1. Gracias por compartir westa reflexión.

    Una abraçada desde Valencia, per tu i la teua xica Marieta, Amb carinyo Montserrat

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