martes, 6 de abril de 2010

Camino de Pentecostés

La humana voz finalmente siempre acaba callando ante la muerte. Incluso la Pascua, Viernes de Dolor, impone su silencio al Redentor
Mas hoy, primer día de la semana, algunas fibras de mi ser, las más atrevidas y valientes, quieren proclamar Su Resurrección. Pero mi razón exige pruebas; y peor aún, el corazón solo sabe repetir "¿será verdad... será Verdad...?"
La Palabra, siempre Eterna, siempre Diferente, ha calado honda en mi alma esta Semana Santa.
Sigo sin comprender el misterio de la cruz:  porqué tanto dolor. Entiendo que sin sacrificio no hay perfección; pero, ¿por qué es necesario tanto dolor?
La Palabra siempre consuela, aunque sea ella misma quien más esté sufriendo. No me importa seguir sin entender este misterio. ¡Sería el sabio más desgraciado del universo...! si entendiera éste y no recayera siquiera en el más importante: ¿Quién soy yo para que tánto me ames?, ¡para que tánto desees cenar conmigo! Para que me cojas de la mano y me conduzcas, pie enjuto, a través del abismo, borrando mi temor, al infinito valle de tu Amor, a la Tierra Prometida

Os quiero compartir en esta entrada el gozo que me produjo esta Pascua las lecturas de la Vigilia. Y revivirlas, pues aun no soy consciente de su plenitud; solo barrunto su significado
Veréis: nunca me impresionó demasiado la pasión de nuestro Señor. Me explico: la capacidad del hombre para torturar a su prójimo, para hacer sufrir a su hermano, no parece tener límites; y su "imaginación" desgraciadamente, deja pequeña incluso la crucifixión. Ya sé que El coge y acoje todos nuestros defectos sobre Sí; pero aun así, nunca arrancó de mí mayor com-pasión; ni mucho menos, desear sufrir con El.
No lograba entender que El lograse Vida para mí, muriendo. (En una cruz y tan salvajemente, era "lo de menos")
No; yo siempre desee cenar con El (Vivir con El)
Y de alguna manera, en esta Pascua Sacerdotal, me ha reafirmado que para esto ha venido al mundo
Para marcar con Su Sangre el dintel de mi ser; preparar para mí la Cena de la Pascua Definitiva y comerla conmigo y nuestros mis amigos. Para cogernos de la mano y cruzar ese mar tenebroso de no poder, de no querer, fiarnos sin más del Padre.
Otro cualquier hombre puede morir por mí, incluso perdonándome. Otro cualquier hombre puede dejarse torturar a cambio de un poco de sabiduría para mí. Muchos otros hombres sabrían conducirme hacia Dios Padre; aunque solo consiguieran que le llamase Dios... y no Padre, como El nos enseñó
Jesús, como ningún otro hombre cualquiera hubiese conseguido antes, se fió del Padre más allá de la razón (que suplicaba no beber de ese cáliz) y de su propio corazón (que preguntaba angustiado un porqué). En la cruz, clavó todos nuestros miedos, limitaciones, faltas de fe.
Como jamás ningún "otro Moisés" nos ha conducido de la mano al otro lado del abismo, "bajando" hasta nuestros infiernos, de ser preciso; arrancándonos de nosotros mismos - y clavándonos a El - si fuese necesario.
Al igual que la manzana, los ejércitos del faraón (a cuya costa, se cubre de gloria Dios) no son sino figura: ¿Qué gloria puede perseguir Dios Padre sino la de mostrar lo que ES, Amor Eterno en nosotros y para nosotros, logrando que venzamos en El toda nuestra limitación? Porque es la contemplación de nuestras limitaciones la principal causa de nuestra falta de fe
Extensa, demasiado, se torna esta entrada. Cincuenta días tengo para ir madurando que Cristo ha resucitado... y yo en El.
"Diez días más" que los que se me ofrecieron para "convertirme". Los necesitaré
Como Tomás: Canción de Tomás

4 comentarios:

  1. Hola Su Chico:

    Yo un día le dije a D.Ramón, el Párroco de mi Parróquia. que me gustaba más ver la imagen de Jesús Resucitado, que verlo clavado en su Cruz.
    el me dijo:-Es que para Resucitar, primero tuvo que morir en la Cruz.

    Un abrazo para Marieta y tu. Montserrat

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  2. Suena bonito así
    Pero, si te dijeran: Para nacer tienes primero que ser abortado
    Nuestra vida "aqui" puede (afortunadamente para algunos, sin duda) ser tan bonita.
    No es fácil el misterio, no.
    Pásate de nuevo y escucha la canción. La estaba sacando del horno, cuando me visitaste

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  3. Su chico¿Dónde está el comentarioo que ayer te deje?
    DSor.Cecilia

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  4. Bueno , no recuerdo exáctamente que decía en esta entrada,pero te contaba que yo no podía vivir la Cuaresma como mis hermanas de comunidad desde que perdí a a mi madre en aquel accidente de tráfico, y si me dijeran si quiero ver un video de cómo sucedió tal accidente, ni loca lo aceptaría y mucho menos ver la Pasión y muerte de Jesús, que en su tiempo ya vi en el cine y que puedo leer en los evangelios. Siempre desde entonces vivo con Jesús vivo, no le recuerdo escarnecido me he quedado con el "final de la película, por así decirlo".Pero eso sí, pasando yo por la cruz y muerte muchas veces al día, mi Pentecostés es siempre actual, cada vez que invoco al Espíritu Santo para orar, realizar algo que no sé si es apropiado o escribir en los blogs. Entiendo toda tu exposición y la aplaudo.
    Quédate con Dios amigo mío.
    Sor,Cecilia

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