martes, 23 de marzo de 2010

"... en la resurrección de la carne y la vida futura. Amén"

Recién he terminado de leer "San Manuel Bueno, mártir" de Unamuno.
Hacía tiempo que no leía "de golpe" a Don Miguel; algún trozo, párrafos escogidos, en los cursos del "Instituto Diocesano de Ciencias Religiosas" de la archidiócesis de Valencia, donde buscando a Dios encontrábamos al hombre. Pero lejos quedaba mi encuentro con la niebla y sus nívolas como "la Tia Tula"
¿Por qué le costará tánto a este catedrático íntegro aceptar una vida futura?¿Por qué nos costará tanto?
Irrefutable prueba de ello es el silencio. ¡Qué poco hablamos de la muerte! ¡Si ha de ser antesala de la Vida Eterna...!
No, no hablamos. Sabemos, creemos saber, que no habrá resurrección como la de Lázaro, que volvió a su vida anterior; por eso tornó a morir. Y cuando eso ocurre, ya no vivimos más que en los recuerdos, en los sueños de alguien; que finalmente mueren también. Y en esta realidad se apega nuestra razón... y nuestro miedo irracional.
Decía el poeta evocando al viejo filósofo: "La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos."
Pero ¿qué es SER? ¿qué significado damos a "somos"? Aunque no es tanto el significado, sino el tiempo.
No entendemos otro somos que "lo que somos ahora"
Pues contradigo yo al filósofo (que al poeta no me atrevo): ¿Qué credencial trajiste que la Nada te firmase: que en Ella nada fuiste; y así, de la nada al todo tornaste para dar fe de lo que creiste?
Porque creo yo en El que sí ha cruzado esa frontera. Que fue y ha regresado. Para decirnos lo que siempre nos había dicho: "No tengas miedo" Y no porque ya no seáis para sentirlo. ¡Muy al contrario: por sentir que la Vida os desborda; que de vida desbordáis todo!
Un día os hablaré de Gusi, un gusano como los de la seda. Andaba arrastrando su pena por el fango, tánto que acabó muriendo sólo, en sí mismo encerrado. Mas resucitó de entre sus lóbregos pensamientos en una hermosa mariposa: él mismo, con las alas que ya no le robaba el miedo.
Nadie recuerda qué fue antes de nacer, años antes que sus abuelos en este mundo existieran. Pues igual debe ser la muerte. Porqué no recordamos nuestra existencia "de antes" es Su Misterio. Mientras tanto, ¡que nadie ni nada te robe tus alas!
Cristo nos da la Vida ¡qué más da cómo seamos en ella! Porque, eso sí, seremos; quiero decir, nos reconoceremos.
No podemos volver a la nada porque la nada no existe. Dios es TODO y del todo me creó. Para que a su debido "tiempo"sea yo todo en el TODO.
Y por supuesto, con todos vosotros, mis amigos.

6 comentarios:

  1. Hola amigos:

    Digo amigos Sor Cecilia y al autor, que está en el Perfil de este blog.

    Así tengo yo mi Fe.

    El Señor es la Resurrección y la Vida.

    Yo en mi blog, hablo poco de Religión, porque lo dejo a vosotros. que sabéis predicar mejor, pero quien entra ya sabe donde va, pues tengo las imágenes fijas a mano derecha de mi blog.

    Un abrazo y gracias por alimentar mi Fe. Montserrat

    ResponderEliminar
  2. Que comienzo hermano del alma!!!
    Comparto tus palabras y la espiritualidad de tus vivencias.
    Así como siento a los que ya se fueron en mi alma, más allá de todo recuerdo, creo que cuando ya no esté seguiré amando y sintiendo a los que dejo.
    Creo en la Resurrección y la Vida… en una eternidad de amor, creadora y con infinidad de hermanos.
    Creo que la fraternidad trasciende los tiempos y las etapas del ser. Todos somos hermanos e hijos del mismo Creador.
    A El regresaremos y estaremos todos unidos en esta maravillosa creación.
    Como vez, vuelvo a ser tu primera seguidora.
    Fiel hermana en Cristo.

    ResponderEliminar
  3. Gracias por esta entrada, como le digo siempre a Sor Cecilia, con estos maravillosos y tan luminosos escrito rezo dos veces. Besos y que te compongas del resfrío, mira que hay que empezar a salir, hay que gozar de la bendita primavera. Norma

    ResponderEliminar
  4. Pero que destistada estoy.
    Ahora habia confundido tu blog con el de Sor Cecilia, que pensaba que publicaba en este blog,
    porque estaba reformando el suyo
    Luego al volverlo a repasar digo. ¡Señor que plancha!

    Te pido me disculpes.

    Gracias por alimentar nuestra Fe.

    Una abraçada.Montserrat

    ResponderEliminar
  5. Gracias por tus palabras de esperanza. No le tienes miedo a la muerte? Yo si, tal vez no tenga Fe suficiente. Creo que tú me puedes ayudar a conseguirla. Tengo que decirte "su chico" que es la primera vez que escribo en un blog. Emma

    ResponderEliminar
  6. En vista del último comentario me decido a escribir-te, a ti MI CHICO, porque yo soy la chica de "su chico" y te pido perdón por no haberlo hecho antes. Ánimo que el Jefe está contigo. Te quiero. Marieta

    ResponderEliminar