viernes, 11 de noviembre de 2011

Esperanza versus Nostalgia

Ante todo decir y aclarar que si bien esta entrada está motivada por el comentario de un amigo seguidor, para nada es respuesta y, mucho menos, reproche o menosvaloración de ésta. Simplemente sensibilidad.

Alguien a quien quiero como a un hijo, prepotente y provocador, al distinguir en la puerta de una casa cercana a nuestros pasos, la figura esbelta y agraciada de dos muchachas -jóvenes como él- , me dijo: "Mira, la rubia ha sido mía; y la otra, también"

Si al referire al sexo lo hiciese como a cualquier otro manjar, bien podría haber entendido: "Mira, con la rubia he ido a cenar marisco de primerísima calidad; y con la otra -¿qué sé yo?- he subido al Dragon Kan -una gozada, también para mi-"

Pero los manjares estomacales y, en general, sensoriales, precisamente por ser gozados individualmente -aun en compañía- son impersonales. 

Pues el sexo no es una cualidad de las personas; algo de que se les puede despojar, como otras tantas cosas: trabajo, educació, vivienda...
El ser humano es sexo; y el sexo identifica personas con cualidades de las que no se les puede despojar: dignidad, entrega, amor...

Ya Agustín de Hipona, de mente extraordinaria, cayese él mismo en los desordenes que puede causar una errónea moralidad sexual; y así, y precisamente por ello (nunca dejemos de subrayarlo), lo avisa a los jóvenes a quienes tanto supo amar

No educar a nuestros jóvenes es provocar su decadencia.
No indicarles sus errores es sumergirlos en el profundo mar de la ignorancia
Sin la Sabiduría son fáciles de abatir, de dominar, de esclavizar.
Empezando por el sexo
Acabando por el alma


1 comentario: