martes, 18 de octubre de 2011

Plagio

Del jardín, en su ángulo oscuro;
de su amor seguro olvidada,
ávida de caricias y ternura
veíase tu alma.

¡Cuánto sentimiento ahogado en tus lágrimas;
como el río reseco espera que la primavera
inunde, aunque siempre breve,
su cauce preñado de esperanzas!

Así siento, cuántas veces desearás
en lo más hondo de tu alma,
una voz, como a Lázaro
te diga: ¡levántate... y ama!

3 comentarios: