martes, 9 de agosto de 2011

Comerás el pan con el amor de tu frente...

Acarició su ayer
en el pelo de su muñeca
ya casi olvidada.
Recuerdos últimos
de una robada infancia
en la que tanto deseó
sentirse amada.
Sin ni siquiera sospechar
un más fuerte dolor
que el desamor habría:
por el mundo condenada
a nunca saber amar
...
La dejó a un lado y cogió su machete
de seca sangre aun manchado.
En la calle y en su cuenta
otro más esperaba.
¡Tenía que ganarse el pan!


Qué puede importar que se burlen de mí los agnósticos y ateos del mundo diciendo: ¡cómo puedes creer en el castigo divino de la expulsión del paraíso y ser condenado a, con el sudor de tu frente, ganarte el pan...!
Sin entrar en la parte metafórica del asunto e incluso así, a pelo, preferiría este divino castigo a no este otro ¡“más humano y realista”!

Porque sí me importa qué de mí dirán las nuevas generaciones críticas (acaso finalmente no las hallan, no será consuelo) de la semilla que ando no ya sembrando sino a lo estéril arrojando...

¡Qué hacen predicadores y púrpuras charlatanes con la mies tan abundante que se está perdiendo!   
¿Al menos suplican al Padre?
Que se dejen de abortos mentales.
Que alimenten a mi gente.
Sobre todo, a los que no saben ganarse el pan
con el sudor (amor) de su frente.

3 comentarios:

  1. Hola buenas tardes:

    El mundo está tan mal repartido unos tienes mucho y otros poco.
    Ay tantos enfermos que no pueden ganarse el pan por sus minusvalías.
    Entonces han de tener el amor del de enfrente.
    Besos, Montserrat

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  2. El poema una preciosidad. Un canto a la mujer que busca como ganarse la vida a cuenta del amor.
    La vida es complicada o nos la complicamos?

    Dos besos

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  3. Bello poema donde se desnuda el sacrificio de tantos para ganar el pan. Unos de más y otros de menos. Triste pero real. Un abrazo.

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