jueves, 10 de junio de 2010

Uno de mis primeros días en la eternidad (2)

¡Nos vamos de boda!
¿Qué?¿que a este lado ya no se casa nadie?
Si, algunos pocos piensan así recordando las palabras del Maestro: "ni se casarán los hombres ni serán dadas las mujeres en matrimonio, porque serán todos como los ángeles de Dios". Otros pensamos que efectivamente lo dijo, pero para amonestar a los que se apegan, también en el matrimonio, al mundo; y rechazar así la visión de éstos que, como en tiempo de Noé, "comian, bebían, tomaban mujer o marido". Al decir que seremos como ángeles (y no que seremos ángeles), solo nos iguala a su dignidad celestial, es decir, nos reviste del vivir "de este lado"
Dios crea la eternidad y en ella nos permite, que a su imagen y semejanza, recreemos cada cual su Jardín para compartirlo con los hermanos.
Bueno, esto es lo que libremente pienso (ahora que la Verdad me ha hecho definitivamente libre). Pero aquí nadie es poseedor de la verdad; la Verdad nos posee a todos. Y a diferencia de "vuestro lado", no pretendemos imponer  nuestra libertad a nadie.
Además, éstos que se casan hoy... ¿cómo os diría? ¡ya estaban casados! (Pero no estoy diciendo que estaban predeterminados a esto; el Padre no consiente ningún tipo de predeterminismo) Quiero decir que él se vino a este lado justo un día antes de su boda en el vuestro.
¡Hoy sí su dicha es plena! Y Jesús, en persona, los casará y enjugará las lágrimas de la novia.
¡Y nos iremos a celebrarlo al Banquete Nupcial!

¿Qué pasa entonces con los que se casaron varias veces?
¡Ay, qué pocos sois los que entendéis en ese lado!

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