Los recuerdos de mi infancia duermen en un olvido que el tiempo, paciente y tierno, sigue acunando.
Con apenas tres años, salía a su encuentro gritando: "¡Padre Poncho... Padre Poncho...!"
Al parecer, una prima mía, criada por mis abuelos maternos, así los llamaba al oírselo decir a mis tíos: "madre" o bien "padre". Y como llegado el caso había que distinguir a los naturales padres, la cosa quedó como "Madre Paca" (mi abuela) y "Padre Alfonso" (mi abuelo 'Poncho')
Y como un niño que no quiere dormir, aunque pasado de sueño, motivado por tanto nuevo estímulo, me niego a olvidar aquellos campos que recorriera a grupa de una burra cargada de sarmientos.
Ya no existe esta vista desde el recodo de la calle "El Pozo de la Nieve" donde me paraba (ahora ya se porqué) de buena mañana, camino a casa de unos cabreros, con mi lechera, a por el desayuno de cada día.
Apenas recuerdo poco más.
Con cinco años nos vinimos a Valencia, a un barrio que como yo, por los nuevos tiempos, perdió su tierra.
martes, 31 de agosto de 2010
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BUENOS DIAS:
ResponderEliminarY TU NIÑO INTERIOR SALE HOY, HABLÁNDOTE DE TU ABUELO, Y ESTOS BUENOS RECUERDOS SON UN REGALO.
AUNQUE VIVAMOS EL PRESENTE, ESTAS DULCES RAICES, NO DEBEN DE ABANDONARNOS NUNCA, DIGAN LO QUE DIGAN ALGUNOS PSICÓLOGOS.
UNA ABRAÇADA PER TU I LA TEVA XICA, Montserrat
¡Es verdad lo que dice Montse! Nuestro niño interior sale ¡y creo que es saludable que lo haga! Todo lo que hemos vivido nos configura como personas ¿verdad? Y forman parte de nuestro "patrimonio" o historia personal. ¡También ahí se encarna Dios!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Que bien me ha sonado lo de pararse de buena mañana, camino a casa de unos cabreros, con mi lechera, a por el desayuno de cada día.¡Cómo se quedó grabado!como anhelo tantos recuerdos que los años no borran.
ResponderEliminarDejemos que fluya el niño interior...
ResponderEliminarCuando visito la tierra de mi abuela siento dentro de mi olores, amores...calles empedradas, prcesiones en Semana Santa.torrijas en grandes fuentes con olor a canela....
Gracias por el recuerdo
sonia abuela de una niña celiaca
Dicen que dentro de cada uno de nosotros sigue existiendo ese niño que de pequeño éramos.
ResponderEliminarEs bonito recordar la infancia.
Siento no haber entrado antes, pero ya sabes...
Un beso