martes, 26 de febrero de 2013

25


Hola a todos ;antes nos conocíamos como "su chico" de blogs como Esperanzas en la Niebla
o Moniciones a la Palabra del Domingo

¡Hacía tiempo! Lo necesitaba para otros proyectos que requerían de todo mi esfuerzo
En lo que debían ser gratificantes, lo han sido gracias a Dios
En lo que podían causarme problemas, lo han causado también.
Por ambas cosas doy gracias a Dios.
La primera me ha hecho más generoso, más sensible, más humano
En lo segundo a sentir la tentación de odiar por sentirme odiado por la envidia, por romper
estatus establecidos, por querer saltarme la ley del seto: ninguna rama debe destacar porque pone en
evidencia a las demás

Pero mi vuelta no tiene nadad que ver con esto
Queremos, mi chica y yo, haceros partícipes de estos meses precedentes a nuestras bodas de plata;
y también seguir disfrutando, como si una superboda gitana ( o judía, que también duraban lo suyo)
de ella a traves de este blog al que os invitamos a visitar

http://alymc25.blogspot.com.es/

Un fuerte abrazo
Al + Mc

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Inmaculada

Tantas veces evocada
ángel o demonio;
pero casi nunca, amiga.
Otras muchas,
madre, hija, hermana... o esposa;
pero casi nunca, compañera.
Siempre relegada
a ser puta o virgen;
¡tan pocas, mujer simplemente!
Por el hombre
apartada, menospreciada, injuriada, mutilada, ablacionada, violada, esclavizada
en su cuerpo y en su alma...
Y con todo, pese a ello, siempre
mujer: Inmaculada


A mi buena amiga Inma y a su hija (a ti también Vicente; y cómo no, incluyo a Marisa)
A tantas tristes princesas  (especialmente, una gaditana)
A todas vosotras,
mujeres
siempre inmaculadas

jueves, 24 de noviembre de 2011

No diré adiós

Finalmente,
todo lo que no haces a su debido tiempo
te lo cobra la vida con ávido interés
de sangre y alma

Finalmente,
como se empieza...
rara vez se termina

No es un adiós; es un hasta siempre
Como lo fue el de tantos amigos que encontré en la red
y perdí, breve tiempo despúes,
en la niebla del existir... y el morir
que es dejar de escribir

Pero ya sabéis que tengo fe
Nos reencontraremos
Arriba brilla el Sol
Y la Esperanza sobre la niebla

La próxima entrada, que ya tengo hace tiempo redactada, será mi última aportación a este blog
Sinceramente no creo que hayan más. No soy torero.
"Un placer coincidir con vosotros en esta vida"

En el Amigo
al + mc

viernes, 11 de noviembre de 2011

Esperanza versus Nostalgia

Ante todo decir y aclarar que si bien esta entrada está motivada por el comentario de un amigo seguidor, para nada es respuesta y, mucho menos, reproche o menosvaloración de ésta. Simplemente sensibilidad.

Alguien a quien quiero como a un hijo, prepotente y provocador, al distinguir en la puerta de una casa cercana a nuestros pasos, la figura esbelta y agraciada de dos muchachas -jóvenes como él- , me dijo: "Mira, la rubia ha sido mía; y la otra, también"

Si al referire al sexo lo hiciese como a cualquier otro manjar, bien podría haber entendido: "Mira, con la rubia he ido a cenar marisco de primerísima calidad; y con la otra -¿qué sé yo?- he subido al Dragon Kan -una gozada, también para mi-"

Pero los manjares estomacales y, en general, sensoriales, precisamente por ser gozados individualmente -aun en compañía- son impersonales. 

Pues el sexo no es una cualidad de las personas; algo de que se les puede despojar, como otras tantas cosas: trabajo, educació, vivienda...
El ser humano es sexo; y el sexo identifica personas con cualidades de las que no se les puede despojar: dignidad, entrega, amor...

Ya Agustín de Hipona, de mente extraordinaria, cayese él mismo en los desordenes que puede causar una errónea moralidad sexual; y así, y precisamente por ello (nunca dejemos de subrayarlo), lo avisa a los jóvenes a quienes tanto supo amar

No educar a nuestros jóvenes es provocar su decadencia.
No indicarles sus errores es sumergirlos en el profundo mar de la ignorancia
Sin la Sabiduría son fáciles de abatir, de dominar, de esclavizar.
Empezando por el sexo
Acabando por el alma


viernes, 4 de noviembre de 2011

Hombre afortunado (y 2)

"No me aflijo como un hombre sin esperanza"

Muchos de vosotros que me leéis, sé (¡ay,  y yo casi también), os aferráis al "no hacer lo que ellos hacen" olvidando desear alcanzar la plenitud "que sí predican"
Pero el abismo es cada vez más grande. Así lo indica el signo de nuestro tiempo.
¿Quíen de nuestros hijos sabe qué y cómo se usa un arado?
¿Acaso sabe, le hemos enseñado, qué es el esfuerzo por el pan de cada día, por el sudor de nuestra frente ganado?
Hombres sin esperanza.
Campos estériles, así preñados... ¡abortarán y al cielo mismo nos señalarán!
¿Qué hacemos con nuestros hijos? ¿Qué sabiduría les estamos mostrando?
El pródigo Padre no dudó en enfrentarse a sus dos hijos
A menor por impaciente; al mayor por... "comedido"
A los dos supo esperar, a la puerta de cada cual... con amor
Nosotros... ¡frente a la "nitendo" les dejamos... y bien callados!
Insisto:
¿Qué enseñamos a nuestros hijos?
¿Moralejas de viejas lámparas de aceite?
¿Qué saben ellos, viajeros de autopistas celestes?!
El conocimiento es Amor.
Amar es... transmitir Sabiduría
Y no hacerlo, o fallar en ello... es...
no lo sé bien...
mas ¡ay.... sé cuánto me dolería!

¡Pero no! ¡No me aflijo!
No soy un hombre sin Esperanza
Al contrario: en Ella tengo mi cobijo

martes, 18 de octubre de 2011

Plagio

Del jardín, en su ángulo oscuro;
de su amor seguro olvidada,
ávida de caricias y ternura
veíase tu alma.

¡Cuánto sentimiento ahogado en tus lágrimas;
como el río reseco espera que la primavera
inunde, aunque siempre breve,
su cauce preñado de esperanzas!

Así siento, cuántas veces desearás
en lo más hondo de tu alma,
una voz, como a Lázaro
te diga: ¡levántate... y ama!

lunes, 10 de octubre de 2011

Hombre afortunado

He dejado pasar un considerable tiempo.
Pero no para meditar y poder reflexionar profundo sobre el tema. Quiera Dios que, como todas las anteriores, sea ésta una entrada totalmente entregada al sentimiento fugaz pero intenso de la palabra, del alma,... expresión del ser cuando ésta calla.
No creo ni en el destino ni en las casualidades. Tengo fe en los insondables caminos que, de forma forzadamente sinuosa, tan rectos nos conduce al Padre nuestro Señor.
El día 21 del mes pasado, tras una larga (pero gracias a mi posición laboral, breve en el tiempo) sucesión de pruebas me diagnosticaron demencia. Los síntomas que describía  y que se agudizaban desde las navidades pasadas podían explicarse a la vista de las “moderadas hipoperfusiones” que mostraba el estudio gammagráfico (PET).  Dada mi edad, sería muy voraz; el neurólogo me recomendó acudir a otro aún más especializado para valorar el alcance.
Curiosamente, fue ésta una de las pocas veces que mi chica no pudo venir conmigo al médico; hasta para hacerme un análisis de sangre quiere acompañarme y en esta ocasión se lo impidió el trabajo. Pero nada nos hacía sospechar este desenlace. Una prueba tras otra, nada patológico mostraban; eran “por si acaso”, “para asegurarnos....”
De vuelta a casa, recuerdo que no proferí maldición alguna; con nadie me enfadé... Solo, en el interior, sentía que no era ese el trato que había pactado con El: en un futuro mucho más lejano habrá de irse primero mi chica y luego yo... ¡Pero no vale hacer trampa!, mientras tanto, en plenas facultades ella y yo. Bueno, para ser preciso y sincero, esto último nunca “se firmó” en el pacto; por eso mi temor, tantas veces, de quedar privado... de mi cuerpo, de quedar paralítico... ¡pero nunca quedar privado de la mente!
De la primera forma, sentía que podría “resolverse” algún día nuestro contrato. Y, aun privado de movimiento, resistir mejor la ausencia. Pero confiaba –y confío– en el amor de nuestro Padre que algo así no ocurriría pues  ¡me sentía –me siento– tan necesario e importante en las cotidianas labores! (ay de mí)
¡Debo tener la sangre de horchata!... me he repetido desde todo este tiempo. ¿Acaso nunca creí que fuera conmigo? ¿Acaso tanta fe tenía?
Puede que nunca lo sepa. Gracias a Dios la agonía de mi chica y mía, como toda cruz, fue intensa pero breve. Al día siguiente pudo recibirnos el especialista y despejó toda duda nada más verme: la enorme cicatriz que cruza mi cara daba otra más probable explicación al PET y el fuerte golpe de aquel lejano accidente dejaba alguna secuela más que tener que rehabilitar con tesón y esfuerzo (¿Cómo se le pasó este detalle al primer especialista?: Hace más de 25 años de aquello y “apostó” por la demencia y no por la lesión; afortunadamente, parece que perderá la apuesta)
Pero lo que sí sé es que solo pensé en mí... aunque no necesariamente con egoísmo. Quiero decir que todos mis vamos pensamientos me impidieron ver el amor multiplicándose que mi chica empezaba a desplegar en su previsión de cuidados. Solo ella, nadie más que ella me cuidaría... ¡Dios así se lo permitiría!
Ella no se olvidaría de darme todo el amor que a mí, a diario, no parece dolerme olvidar
En un par de mañanas, de madrugada, he recaído en mis hijos porque no estaban en su cama. Pero esta vez, sintiendo que Tú estabas con ellos. Eso es lo importante. Porque a través de Ti, los siento cercanos no importa donde estén... Y me siento afortunado de “poder olvidarme de ellos”
Y así, cuántas veces nos parece asombroso comprobar con qué facilidad  hasta frivolizamos con las cosas más importantes  de la vida; pero más increíble es constatar la de veces que frivolizamos con nuestra propia vida... para no enfrentarnos a ella sinceramente.
Sí; soy afortunado. Porque nunca podré olvidar que con todo, y tantas veces pese a mí mismo, no debiera haber nadie tan feliz...
Por ello esta entrada: para daros razón de mi esperanza
¡Ah!... casi se me olvida: el día 21 también fue el día internacional de la Paz