domingo, 27 de febrero de 2011

¡Gozad y ved,,,!

He realizado un pequeño montaje con las fotos que ha tomado sor Inmaculada desde su Monasterio
(el mismo que sor Cecilia). Esta es una primicia de su buen hacer con la cámara (que, por cierto, es la mía)










sábado, 19 de febrero de 2011

Contigo

No importa cuantos son los pasos ya andados.
Unos, bajo el cielo estrellado;
otros, contra el viento enfrentados
y, demasiados, bajo la tormenta, enojados.

No importa qué fue de la semilla no germinada:
amigos, compañeros, quedaron en la ensenada
con el cuerpo herido y el alma encadenada;
y una vaga esperanza de sonrisa retornada.

No importa si tuvimos miedo o fue el dolor;
si fueron más las alegrías y el darnos calor.
Nuestros hijos nos recuerdan que sólo dos
jamás seremos; pero siempre, tú y yo.

No importa; no.

Importa, amada mía, que al echar la vista atrás
véanse, sólo, los pasos de un único caminar.

(¡Feliz 23 aniversario, mi chica!)

martes, 1 de febrero de 2011

¡En el nombre de Dios ... hombre!

Acabo de escribir lo siguiente para nuestro "otro blog"
Al margen de que se, valoro y gusto que ahí estáis más ateos, agnósticos y "creer creo pero, mira, a mí dejáme de esas cosas de curas" que las jerarquías (no solo la católica) pretenden aceptar, me pacere que entronca bien con la "sosedad" en la que vivimos y nos hace vivir... esta sociedad

Nosotros los cristianos, ¿nos volvimos sosos... y aburridos, siempre con las mismas cantinelas que la gente, harta, arroja fuera sin que importe quien nos pise?
Nos sentimos perseguidos, excluídos, minusvalorados y un largo etcétera. Pero ello implica que nos creemos líderes o guías perseguidos; que presumimos de sabiduría o conocimientos excluídos; que nos reivindicamos fuertes y elocuentes aunque el "mundo" no nos lo valore

Nada de ello es útil para el plan de Dios; lo hemos visto y oído en la Palabra del domingo pasado:  nada de ello. (En las parroquias podimos oir la Bienaventuranzas; pero solo eso: oir. Fuera de ellas, nada de eso se escucha; y, ni mucho menos, parece sentirse)
Partir nuestro pan con el hambriento, con el pobre "dichoso"; apiadarnos misericordiosamente del que trabaja por la paz y es peseguido por anunciar la Buena Nueva: el Evangélio ¡y no esa retaíla de mensajes sosos que parecen pretender solo mantener privilegios adquiridos "según la tradición"!

Hace tiempo que ya no discuto con ningún compañero "laicista" (según gusta definir un alto predicador) sobre temas socio-religiosos. Simplemente, ya no hay tema; quizás desde que nos dejó el anterior Papa; tenía carisma y pretendió ser luz en lo alto del monte.
No digo que el actual no sea buen Papa ¡quién soy yo! Pero no le ven; pero no le veo. Pero, ¡ay!, ese es su oficio... dar luz... y no tanta pseudocientífica plática siempre con palabras y términos elevados.
¿No recuerda que Jesús alabó al Padre por escoger al sencillo, al torpe y a lo necio del mundo para revelarles su Amor? ¿A quién alumbra pues; a quién sazona nuestra Sacra Jerarquía?
Recemos por ella y por el Papa; recemos por nosotros.
Que sepamos dar luz a este mundo partiendo sin miedo y de forma clara -sin reservas amagadas- nuestro pan con el hambriento. Bienaventurados nosotros si así alumbramos a nuestro alrededor.


Perdonad este sermón que no lo pretende; sino ser queja.
En el Amigo,
al + mc